Mi abuelo siempre decía que quería vivir como los
ángeles. Un día al partir mi abuela se escapó de sus ojos una lágrima. ¿Habéis
visto alguna vez llorar a un abuelo? Es muy triste. Que el desconsuelo alcance
a aquellos a los que crees que lo saben todo desconcierta. Y es que el saber no
evita el sufrimiento. En aquel instante me senté a su lado sin pronunciar
palabra y él con voz serena y sería, muy convencido de lo que pensaba, me dijo
que mi abuela ya era ángel y estos no tenían penas. Era el consuelo que le
quedaba.
Mi abuelo permaneció en este lado del camino muchos
años, con la mirada perdida siempre en aquella foto en la que su esposa
sonreía. No le vi echar mas lágrimas pero en las noches sé que lloraba a
escondidas. Intenté hablar con él y le pedí que no se alejara de mí. Me dijo
que yo no entendía. Dejó de asistir a mis cumpleaños, de acompañarme en mis
conversaciones, me abandonó como creía que mi abuela lo había hecho con él. Es
mas, le confirmé que los ángeles miran a la tierra y envían rayos de sonrisas
para que las pérdidas sean menos dolorosas. Continué explicándole que mi abuela
estaría triste por dejarse morir en vida y que los ángeles también sienten el
hueco que dejan. No me escuchaba. Entonces era a mí al que se le escapaban las
lágrimas porque no solo había perdido a mi abuela sino también el cariño de mi
abuelo. En un último intento de recuperarle me despedí de él para hacerle
reaccionar y llorando le afirmé que mi abuela estaría sufriendo por los dos. Y
le pregunté: “Y dime tú ahora abuelo, ¿sigues pensando que los ángeles no
lloran?”
Leer estas palabras me hace pensar en q quizás esa persona para mí tan querida, q permanece en su mundo y con la q no puedo hablar como antes, pueda ser ahora un ángel, q no aún con su halo protector me acompaña y guía.
ResponderEliminarCorrecto One. Todos tenemos a alguien que nos protege. Un besazo.
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