lunes, 23 de enero de 2017

LA PACIENCIA

A veces la fuerza ecuménica que tendría que iluminarnos y protegernos se queda dormida. Notas como los dioses te dan la espalda y es entonces cuando aprendes a defenderte solo.

Pierdes el sosegado ritmo de tu inofensivo corazón y buscas sin saber a dónde te diriges. A aquellas personas que vencen sus luchas solas, las admiro. Y yo quiero ser así. Sé que puedo ser así.

Estoy inundada de amor en mi presente, en cambio, me atraganto cuando una antigua conocida me pide algo a cambio de una amistad. Me doy cuenta que lo que nunca tuviste no lo puedes perder.

Los dioses no nos defienden siempre. Hoy he aprendido que el hecho de sentirnos importantes es posible solo cuando los demás te permiten serlo. Hay momentos en los que al escuchar el latido de tu propio pensamiento te lleva a encontrar la calma que todos llevamos dentro. Algunos  camuflada por la impaciencia de conocer el futuro. Y es que ese futuro aún no está escrito, para ello antes hay que vivirlo.

Me confirmo en mi decisión de vivir el presente tan prometedor que me envuelve y me acaricia, y olvidarme que existe un mañana.

2 comentarios:

  1. Buenas reflexiones.
    Estoy contigo en la admiración que sientes por las personas que vencen sus luchas solas. Yo también quiero ser así.
    Y desde luego el futuro hay que vivirlo cuando llegue para dejarle más espacio al presente.

    Hoy he aprendido un sinónimo de universal gracias a ti.

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    1. Nunca cesa el aprendizaje en este lado del camino y enseñar con cariño es sinonimo de amor al prijimo. Un beso One.

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