Gracias Dios Mío por escuchar mi plegaria y hacer
que una gran amiga tocara con sus manos tu cielo. Un objetivo mas cumplido en
este exigente mundo, en el que para
celebrar algo es necesario triunfar. Amiga, si después del éxito obtenido te
vas de mi vida, no te alejes mucho, déjame tu compañía. Tu esperanza y fe han
servido para ver tu sueño cumplido. Estoy feliz por la única razón de saber que
tú lo estás también. No es tu victoria la que me hace permanecer a tu lado, es
tu lucha por conseguir lo que has logrado.
Recuerdo cuando mi esfuerzo no tuvo el resultado
esperado y la decepción la llevo oculta en la trastienda de mi pensamiento. Hoy
agradezco que no hayas tenido que pasar por semejante situación, como en su día
agradecí encontrar otros gara-proyectos por los que luchar, porque hay que
seguir el camino apartando lo que nos hace daño, eso que no podemos cambiar.
Muchas gracias por estar ahí, por sufrir esos eternos minutos conmigo, porque aunque el sueño aůn no está asegurado se que tu plegaria está llena de sinceridad y de cariño.
ResponderEliminarPero no debes sentir decepción, deberías sentir decepción si no lo hubieras intentado, si no te hubieras esforzado al máximo, pero me consta que lo hiciste y por eso no debes sentir decepción si no ORGULLO por haber trabajado duro por un objetivo. Muchas veces sólo valoramos los resultados y no el camino que nos lleva a conseguirlos o no. Y tan importante es lo uno como lo otro. Ya lo decía Ghandi, "La recompensa está en el esfuerzo y no en el resultado". Si no salió esta vez será porque ese no era tu sitio y para ti está reservada otra cosa mejor.
El abrir el blog y ver una respuesta tuya me ha emocionado. Ahora ya se quien eres Unknown. Enhorabuena. Las batallas de mis seres queridos son mis guerras y sus victorias son mis alegrías. Un besazo.
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