domingo, 1 de enero de 2017

EL NECESITADO PERDÓN


                ¿Cuánto tiempo has de pasar compartiendo momentos con personas para considerarlos amigos? ¿Con qué fuerza has de desear el bien a alguien para quererle? ¿Son los dioses buenos conmigo cuándo te regalan minutos que quieres hacerlos perennes y no temes perderlos como un oasis al acercarte a él en el desierto?

                Llegas a casa, después de ese rato de evasión, y perdonas lo que dentro de las puertas del hogar ha podido no ser tan favorecedor. Llegas inundada de bondad, porque la felicidad provoca ese efecto, el perdón.

                Quizá el liberarte durante un corto espacio de tiempo de lo que te sientes atada hace desaparecer la soga que te sujeta las muñecas, y vuelves a sentir que lo que vives es lo que has escogido para tí. Meditas el porqué de tu asfixia y reconoces que es para evitar un mal mayor. Compartes tu cocina con personas a las que crees no querer ver. Pero si una se encuentra satisfecha, llegas a sentirte mala persona por no olvidar lo que te puede alejar de sentir amor.

                Todos tenemos un destino y este es el que escogemos. Sí, amigos míos, nosotros somos la causa de nuestros desafíos internos. Creemos ser los poseedores de la razón, y no tiene razón aquel que cuenta con mas secuaces, sino que la razón no se inclina por lo que nuestros valores cultivan, esta nunca está de parte de la defensa del odio y la incomprensión.

                Pido hoy perdón por mi intransigencia. Pido hoy perdón por dejarme llevar por la fogosidad de mis sentimientos y pido, si se me permiten un tercer deseo, acceder al quebradizo equilibrio para asumir que lo que yo opino, que no es malo, no sea mas que eso, una opinión que no perjudique a mis hermanos.

                Las Navidades han terminado y espero que todos esos rencores que me revuelcan en el pasado, terminen y llegue la tibia cordialidad propia de toda temperatura ideal. Deseo que mis sueños regresen y perder hoy este perfume que huele a rencor, volver a vestirme de ingenuidad y hacer de mis días nuevos jardines con palpitantes proyectos ascendiendo nuevamente a la paz.

                Olvidar no es fácil pero es posible y necesario para continuar avanzando en el interno mundo de la ilusión.

3 comentarios: