viernes, 5 de agosto de 2016

LA CÁLIDA AMISTAD


Cuando te asombras por ver amanecer y al mismo tiempo aprecias el resplandor de la Luna, no hay sitio en el que se te ignore por el silencio que todos pretendemos esconder. Desmaquillarse ante los demás es importante para que la calidad del Sol de verano surja su efecto al compartir sus rayos en una mesa donde aparecemos sentadas vosotras y yo.

La amistad es un camino largo, a veces perenne, otras caduco, infectado por el cariño, la confianza y el querer. El cándido aroma a éxito se distingue en los largos cafés de media mañana que te enganchan a esta vida alejando la pregunta de para qué hemos nacido, al compartir los agitados momentos que aparecen y desaparecen sin freno ante el torneo de la vida. La agradable meta de la amistad es causa y fundamento de la cometida sencillez y la ilimitada sinceridad.

Recorrer caminos por separado y fusionarlos en un café deseado es lo que nos separa de la enfermedad a estar solos. Cruzando juntas el estrecho de la mañana, siempre recordaremos que el silbido del Sol inundó nuestras parecidas almas.

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