martes, 2 de agosto de 2016

ACEPTAR EL “AHORA”


Esta vida a la que nos aferramos no detiene su paso al caminar. En la unión de unos rápidos segundos puede transformarse nuestra camisa blanca en un pozo de vino tinto, como el amor se puede desvanecer ante el miedo de vernos comprometidos por azar.

Queremos ser dueños de nuestro destino e ignoramos que este ya está escrito. Rompemos en sollozos si no vemos cumplidos nuestros deseos y es que deseos, en realidad, solo hay uno: no sufrir en el futuro.

Construimos sueños para lo que nos deviene y olvidamos disfrutar del momento aunque sea solo con nosotros mismos. Luchamos en el presente por un futuro que ya está siendo producto del pasado. Reímos si nos evadimos del “ahora” y no somos conscientes de que este “ahora” es lo que somos.

Desencantados a veces nos dejamos llevar por una corazonada que no es tal, sino el deseo incontrolable de cumplir los sueños que creemos merecernos sentir. No nos comamos las migajas de nuestro camino, es mejor esperar a ver la hogaza de pan que adorna nuestros quehaceres cotidianos. Sí, amigos, es mejor aceptar lo que ya está escrito.

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