Hoy
mi alma sigue el compás del arco iris. Contenta. Expectante a los triunfos que
me quedan por vivir. Hoy mis labios pronuncian: “Éxito”. Y mi razón me impone
calma.
Tengo
frío en esta cálida noche, frío de primavera. Ardo por el furor de mi
esperanza. Y sueño con el día de mañana.
Mi
mente está llena de placenteros pensamientos, aunque miento si digo que todos
son buenos. El más inocente, mi ilusión por un mañana mejor. El más cruel… El
más cruel no lo nombro, tendría que detenerme a pensarlo y en este momento no
quiero pensar. Me es suficiente recrearme en el minuto próximo, viviéndolo intensamente…
y si he de pensar lo haré solo para entretenerme con mis sueños.
La
Luna ha rozado mi rostro cuando la buscaba detrás del cristal de la ventana. Me
ha deseado “buenas noches” y con cariño, perdí mi mirada durante unos segundos
en su tenue luz blanca. Le sonreí y dejé de contemplarla para mezclarme entre
las sábanas antes de que la noche acabara.
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