(Muchos me comentáis que la lectura de
mis párrafos requiere demasiado esfuerzo, al contrario que mis novelas en las
que unas frases te llevan a la siguiente y son sencillas de entender. Por esa
razón he decidido ser mas clara para que la interacción con mis pensamientos
sea mas efectiva.)
Ayer un alma amiga me dijo que yo escribía bien.
Bueno, en verdad dijo muy bien, pero quería impregnarme un poco de esa cualidad
que a veces olvido de la humildad. También ayer vendí un libro. Estas dos
noticias engordaron mis deseos de continuar entregándome a estos escritos en
los que dejo mis percepciones después de descubrirlas.
Desconozco quien fue la persona que se inclinó por
leerme. Tampoco sé si eligió “El arte tiene un precio” o “La traductora de sus
sueños” para conocerme. Querría saberlo, para leer yo al mismo tiempo, haciendo
compás en su lectura. Ya lo hice alguna vez, me comentan “voy por la página 12”
y yo acudo a la misma hoja emprendiendo la lectura y de ese modo saber qué está
conociendo de mí, si mis sueños o mis mentiras.
Solo es un
libro, pero el número uno es muy importante. ¿Cuántas personas necesitas
que te escuchen cuando confiesas tus miedos? Una. Los miedos los confesamos, pero siempre guardamos algún
secreto en la trastienda. Yo tengo uno
que escondo porque temo que al contarlo pierda su fuerza. Es un secreto que
muchos intuyen, o quizás lo haya contado como una broma, es algo que tuvo que
decirme alguien para que me diera cuenta de lo importante que era para mí
conseguirlo.
Quiero saber que pensamientos se tienen antes de
lograr una gran meta, esas que te marcan para toda la vida; aprobar una
oposición, acertar en el número de la lotería…, vender un libro… Me gustaría
saber si los que lo consiguieron sintieron que se iban a comer el mundo como yo
o si hay que ser un poco mas humilde para que esto suceda.
Me pregunto, si “la
vida es un sueño” y solo pasamos unas horas dormidos, no es pecado soñar
despierto ¿Verdad?
Siento como me separo de la consciencia,
imposible mantener los ojos con vida,
bostezo repetidas veces, y aunque no quiera
me sumerjo en un sueño.
Sueño con lo que debería estar haciendo,
sueño que no estoy dormido,
y cuando despierto, sorprendido,
observo y miro quien cruza mi camino.
Estoy en un barco, frente al timón,
y mis sueños son llegar a puerto vivo.
El azul mar y el azul cielo,
mi intenso corazón aturdido.
Al despertar dudo si he dormido,
mientras duermo creo no soñar.
Busco vivir como en el cielo,
al regresar a la realidad.
Gara García Álvarez
Siento como me separo de la consciencia,
imposible mantener los ojos con vida,
bostezo repetidas veces, y aunque no quiera
me sumerjo en un sueño.
y cuando despierto, sorprendido,
observo y miro quien cruza mi camino.
El azul mar y el azul cielo,
mi intenso corazón aturdido.
Busco vivir como en el cielo,
al regresar a la realidad.
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