domingo, 15 de enero de 2017

EL GRAN SECRETO


(Muchos me comentáis que la lectura de mis párrafos requiere demasiado esfuerzo, al contrario que mis novelas en las que unas frases te llevan a la siguiente y son sencillas de entender. Por esa razón he decidido ser mas clara para que la interacción con mis pensamientos sea mas efectiva.)

Ayer un alma amiga me dijo que yo escribía bien. Bueno, en verdad dijo muy bien, pero quería impregnarme un poco de esa cualidad que a veces olvido de la humildad. También ayer vendí un libro. Estas dos noticias engordaron mis deseos de continuar entregándome a estos escritos en los que dejo mis percepciones después de descubrirlas.

Desconozco quien fue la persona que se inclinó por leerme. Tampoco sé si eligió “El arte tiene un precio” o “La traductora de sus sueños” para conocerme. Querría saberlo, para leer yo al mismo tiempo, haciendo compás en su lectura. Ya lo hice alguna vez, me comentan “voy por la página 12” y yo acudo a la misma hoja emprendiendo la lectura y de ese modo saber qué está conociendo de mí, si mis sueños o mis mentiras.

Solo es un libro, pero el número uno es muy importante. ¿Cuántas personas necesitas que te escuchen cuando confiesas tus miedos? Una. Los miedos los confesamos, pero siempre guardamos algún secreto en la trastienda. Yo tengo uno que escondo porque temo que al contarlo pierda su fuerza. Es un secreto que muchos intuyen, o quizás lo haya contado como una broma, es algo que tuvo que decirme alguien para que me diera cuenta de lo importante que era para mí conseguirlo.

Quiero saber que pensamientos se tienen antes de lograr una gran meta, esas que te marcan para toda la vida; aprobar una oposición, acertar en el número de la lotería…, vender un libro… Me gustaría saber si los que lo consiguieron sintieron que se iban a comer el mundo como yo o si hay que ser un poco mas humilde para que esto suceda.

Me pregunto, si “la vida es un sueño” y solo pasamos unas horas dormidos, no es pecado soñar despierto ¿Verdad?

Siento como me separo de la consciencia,
imposible mantener los ojos con vida,
bostezo repetidas veces, y aunque no quiera
me sumerjo en un sueño.

 Sueño con lo que debería estar haciendo,
sueño que no estoy dormido,
y cuando despierto, sorprendido,
observo y miro quien cruza mi camino.

 Estoy en un barco, frente al timón,
y mis sueños son llegar a puerto vivo.
El azul mar y el azul cielo,
mi intenso corazón aturdido.

 Al despertar dudo si he dormido,
mientras duermo creo no soñar.
Busco vivir como en el cielo,
al regresar a la realidad.
                               Gara García Álvarez
 

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