domingo, 25 de junio de 2017

¿A QUÉ TIENES MIEDO?


 

-          ¿Qué te pasa?

-          Estoy… no sé, quizá nerviosa.

-          ¿Qué te preocupa?

-          Perder algo importante para mí.

-          ¿Cómo por ejemplo?

-          Soy demasiado avariciosa. No quiero perder nada.

-          ¿Perdiste alguna vez algo?

-          Sí. No quiero perder mas.

-          ¿Qué perdiste?

-          … Perdí a mi primo de pequeña. Era mi compañero de juegos en mi infancia y juventud.

-          Esas cosas pasan…

-          … Perdí a una gran amiga en la adolescencia en un accidente.

-          … Eso también pasa.

-          Me siento insegura porque temo perder más.

-          Ellos siguen contigo, dentro de tií

-          Pero es que yo ya no quiero que estén conmigo, me abandonaron. Me dolió.

-          ¿Cuánto hace que paso eso?

-          Mucho tiempo.

-          Pues ya es hora de superarlo, ¿no crees?

-          Está superado pero esa sensación de abandono sigue en mí. Me abandonó mas gente y yo abandoné también. Pero hoy tu me has preguntado y me ha dado por pensar… y tus preguntas me han llevado a estas respuestas.

-          ¿te gustaría que te diera una pastilla que te aliviara esa inseguridad, ese miedo a vivir que tienes?

-          ¿Existe?

-          Sí.

-          ¡Madre mía! ¡Claro tienes que dármela y decirme dónde puedo conseguir más!

-          Solo tengo una.

-          ¿Quién te la dio? ¡Quiero muchas!

-          Y ¿para qué quieres tantas si con una te es suficiente?

-          Por si se me pasa el efecto, para tomarme otra.

-          No confías en la pastilla.

-          Bueno… Sí pero por si acaso una no me es suficiente.

-          A todo el mundo le fue suficiente con una.

-          Igual a mí no.

-          ¿Dudas que el efecto que provoca en la gente no te lo vaya a hacer a ti?

-          Desconfío que yo pueda ser capaz de con una pastilla liberarme de mi inseguridad y de mi miedo a perder.

-          O sea, que desconfias de tí

-          Sí, puede ser que sea así.

-          Si ni tu misma confías en tí, ¿cómo puedes pretender liberarte de ese miedo a perder a alguien?

-          ¿Me das la pastilla?

-          ¿La quieres de verdad?

-          ¡Sí!

-          ¿Sin saber los efectos secundarios?

-          Ah! ¿Pero es que tiene efectos secundarios?

-          ¡Pues claro!

-          No quiero saberlos. Dámela ya.

-          Me veo en la obligación de contártelos antes de entregartela.

-          Esta bien, pues dímelos rápido.

-          Cuando la tomes tendrás momentos de inmenso dolor, de soledad, intercalados con otros de alegría y diversión, sentirás amor y desprecio de otros, y vivirás cada momento sabiendo que cuentas con la gente que te rodea. Te podrás apoyar en esas personas, te ayudarán y tú tendrás que ayudarlas a ellas. Pero también sentirás confianza y borrarás ese miedo a vivir e inseguridad que arrastras, evitándote el no ser consciente de todo lo que tienes y de la suerte que posees.

-          …uff, pero entonces ¿qué tiene de buena esa pastilla?

-          Te enseñará a vivir y a evitar ese miedo que tienes a perder.

-          ¿No tendrás otra pastilla distinta que darme en la que se sea siempre feliz?

-          ¿Ya no te interesa esta pastilla? No te es suficiente quitar la inseguridad con la que vives.

-          Dudo que quitándome la inseguridad sea suficiente para que yo sea feliz.

-          ¿Vuelves a dudar de tí?

-          Bueno… tal vez sí.

-          ¿Lo ves? Esa duda que tienes siempre presente acerca de tus capacidades es la que provoca tu sufrimiento. Tu eres la única capaz y en tu mano está el confiar en tí y por lo tanto en los demás.

-          No me des la pastilla, sí, está en mi la solución. Ahora lo veo claro. Esa pastilla no me hará nada mientras no confíe en mí. Esa pastilla no me servirá mientras no supere ese miedo a perder.

-          Pero la pastilla te va a quitar la inseguridad.¿ De veras no la quieres?

-          … ¿Me hará feliz?

-          Ya te dije los efectos secundarios.

-          Si esa pastilla no me va a evitar los sufrimientos que me esperan, ni me va a hacer más feliz quizá sea mejor superar poco a poco mi miedo e inseguridad para conocer los pasos que hay que seguir para hacerlo. Pues si esa pastilla solo hay una y por algún casual vuelvo a sentirme dentro de un tiempo insegura, quiero aprender a cómo actuar para remediarlo. De otra manera me encontraría en el mismo punto que ahora, sin pastilla y sin conocer el camino a seguir para superarla. Ahora que me veo con fuerzas aprenderé el sendero a seguir.

-          Me parece estupendo. Recuerda que yo tengo esa pastilla y que la tengo reservada para tí.

-          No la necesitaré. Gracias.